Nos sumamos a quienes buscan reducir su impacto en el medio ambiente renunciando al plástico
Que hemos llevado la utilización del plástico demasiado lejos y que es una tendencia que debemos revertir cuanto antes es algo de lo que ya hablamos en su día en este post. Sin embargo, a veces da la impresión de que tratar de reducir nuestro consumo de plástico implica nadar a contra corriente. Sigue habiendo multitud de productos de consumo habitual que, por defecto, vienen envueltos en plástico; y lo que es peor, seguimos consumiendo plástico en formas que ni imaginamos. ¿Quieres sumarte a esta causa pero no tienes claro por dónde empezar? Ahí van unos cuantos consejos.
Evita consumir productos envasados en plástico
Es la primera medida que todo el mundo toma cuando se propone reducir el uso de plásticos, así que es lógico que empecemos por aquí. Reducir el consumo de productos envasados con este material, sin embargo, implica cambiar ligeramente ciertas costumbres. Para empezar, será necesario comprar a granel algunos productos, algo que a día de hoy no es posible en todos los comercios, así que puede que tengas que buscar puntos de venta nuevos. Pero además, en algunos comercios en los que sí es posible comprar a granel, nos encontramos con la contradicción de que para guardar lo comprado nos ofrecen bolsas de plástico (es el caso de la fruta y la verdura). Así que tendremos que llevar con nosotros bolsas de tela o cartón para ese tipo de productos.
Busca el plástico en tu vida y elimínalo
Todos los días, casi de modo inconsciente, empleamos productos de plástico o que contienen plásticos. La botella de agua de la oficina es el ejemplo más claro, pero hay muchos otros: las pajitas en los refrescos, las microesferas en los jabones, exfoliantes y dentífricos, las cápsulas de café, las pinzas, ¡las camisetas deportivas!, ¡los chicles!
Sí, el plástico está por todas partes, así que la mejor manera de reducir su uso es analizando qué productos de uso cotidiano lo contienen (te llevarás muchas sorpresas) y buscando alternativas para ellos.
Abraza los materiales de toda la vida
Siguiendo con el punto anterior, es casi seguro que en la búsqueda de alternativas a los productos que contienen plástico descubras que la solución siempre ha estado ahí. No se trata de encontrar productos conformados con carísimos materiales de nueva generación; en realidad, no hace tanto que no existía el plástico y eso no era un problema. El vidrio para cualquier recipiente que contenga líquidos, el acero inoxidable en los utensilios de cocina y la madera en artículos como las pinzas de tender o los juguetes de los más pequeños son buenos ejemplos de que es posible encontrarlo casi todo en materiales no plásticos. Y hay muchos más: la loza, la cerámica, la chapa… Recurriendo a ellos no solo reducirás tu impacto en el medio ambiente, sino que además obtendrás artículos más duraderos y, probablemente, más bonitos.
Reciclable sí, desechable no
Muchos, muchísimos de los productos desechables que utilizamos habitualmente podrían ser sustituidos sin problemas por artículos no desechables. Ahora bien, hay algunas cosas que, por mucho que nos empeñemos, van a tener un solo uso. Las bolsas de basura son el ejemplo más claro. Es en este tipo de elementos donde debemos centrar nuestros esfuerzos, procurando siempre que estén hechos de materiales reciclables. Y es que el mayor problema del plástico es que se ha empleado para fabricar muchos productos de un solo uso, con lo cual los residuos se amontonan a velocidad de vértigo. Así que si quieres abandonar el uso del plástico de manera paulatina y no de un día para otro, no lo dudes, comienza por todo aquello que sea desechable.
Y es que, no nos engañemos, no es igual de malo un tupper de plástico o cualquier producto plástico perdurable, que una bolsa para pesar la fruta, que solo vamos a utilizar una vez y durante apenas 15 minutos.
Promueve esta filosofía
Dejar de utilizar plástico es una causa loable y puedes conseguir mucho más si tratas de que otras personas se sumen a la causa. Promueve que en tu espacio de trabajo se pongan en marcha iniciativas en este sentido: que se fomente que cada uno utilice su botella de agua (de vidrio o aluminio), que no se ofrezcan cubiertos de plástico en el ambigú, que se dejen de usar cápsulas de café…
No podemos cerrar este artículo sin hacer una reflexión: Casi con toda probabilidad, no conseguirás erradicar el plástico por completo de tu vida (está presente en tantas cosas que ni siquiera somos conscientes de ello). Sin embargo, tampoco hay que preocuparse demasiado por ello porque ¿cuál es el objetivo real de todo esto? No hay que perder de vista que el plástico es un material increíblemente útil (piensa en su uso médico); en realidad, de lo que se trata es de aprender a utilizarlo de manera racional. Es el uso desproporcionado del plástico (o el mal uso), y no el plástico en sí, lo que nos ha puesto en una difícil situación.